Primer Congreso Iberoamericano de electrosensibilidad - Joan Carles López

Los resultados del modelo de ecuación estadística (SEM) mostraron un efecto directo positivo significativo de SPS en CNS y un efecto indirecto significativo mediado por EHS. El presente estudio proporciona la primera evidencia empírica de que las personas altamente sensibles son capaces de percibir radiación electromagnética. Los resultados indican que la EHS y CNS percibidas son impulsadas por SPS y no por género.

Dominique Belpomme 1 2, Philippe Irigaray 2

A partir de una cohorte de 2018 casos consecutivos evaluables emitidos desde la Base de Datos Europea de Ensayos Clínicos, describimos la presentación clínica sintomática completa de la electrohipersensibilidad (EHS) y la sensibilidad química múltiple (SCM) y su asociación en el marco de un síndrome neurológico ambiental único relacionado con la sensibilidad.

Todos los síntomas, excepto el comportamiento emocional, fueron significativamente más frecuentes en los pacientes con EHS que en los controles sanos ( p < 0,0001). No se encontraron síntomas patognomónicos que permitieran establecer el diagnóstico de ambos trastornos ni distinguir la EHS del SQM. Los tres grupos de pacientes compartían síntomas idénticos, aunque varios síntomas fueron significativamente más frecuentes en la EHS/SQM que en la EHS ( p < 0,0001). A partir de estos datos, sugerimos que la EHS y el SQM son trastornos cerebrales nuevos, generados por un mecanismo etiopatogénico común.

Teniendo en cuenta los criterios de causalidad propuestos por la OMS, demostramos que los EHS están de hecho causalmente asociados con una mayor exposición a los CEM artificiales y, en algunos casos, a sustancias químicas ambientales comercializadas. Por lo tanto, hacemos un llamamiento a todos los gobiernos e instituciones sanitarias internacionales, en particular a la OMS, para que consideren urgentemente la creciente plaga pandémica asociada a los EHS y los reconozcan como una patología real, principalmente nueva, relacionada causalmente con los CEM.

La hipersensibilidad electromagnética (EHS), también conocida como intolerancia ambiental idiopática atribuida a campos electromagnéticos (IEI-CEM) o enfermedad por microondas, no está considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como causada por la exposición a campos electromagnéticos (CEM). La EHS no está reconocida como enfermedad en ningún lugar del mundo. Algunos estudios han estimado aproximadamente que entre el 1% y el 10% de la población podría experimentar alguna forma de EHS. Sin embargo, debido a la falta de criterios diagnósticos para la EHS, estas estimaciones podrían estar subestimadas o sobreestimadas. Dado que la gran mayoría de la población humana está expuesta a CEM, la posibilidad de desarrollar EHS a causa de estos constituye un problema de salud pública importante que debe abordarse a nivel mundial, incluso si el riesgo individual de desarrollar EHS es bajo. La OMS reconoce que los síntomas que experimentan las personas con EHS pueden ser graves y dificultar significativamente la vida cotidiana. Sin embargo, tras un amplio análisis de documentos internacionales y nacionales, actualmente no parece haber ningún esfuerzo para desarrollar políticas sanitarias para abordar la EHS, independientemente de su causa. Los gobiernos nacionales, siguiendo las opiniones de la OMS y las organizaciones que establecen normas de seguridad sobre campos electromagnéticos (CEM), la Comisión Internacional de Protección contra Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP) y el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos - Comité Internacional de Seguridad Electromagnética (IEEE-ICES), no están desarrollando recomendaciones prácticas sobre políticas de salud para quienes se declaran afectados por EHS. Sin embargo, los síntomas que experimentan quienes se declaran afectados por EHS afectan su bienestar y, según la Constitución de la OMS, constituyen un problema de salud. Por lo tanto, independientemente de la causa de los síntomas de EHS, este deterioro reconocido del bienestar debe abordarse globalmente mediante el desarrollo de una política sanitaria uniforme. Además, la OMS, la ICNIRP y el IEEE-ICES deberían promover y apoyar la investigación que genere evidencia científica fiable sobre las posibles causas de la EHS. Sin dicha investigación, no es posible desarrollar métodos de diagnóstico ni posibles estrategias de mitigación. Es urgente que la OMS promueva ante los gobiernos nacionales el desarrollo urgente de una política sanitaria integral y común sobre EHS.

Resultados: Los sujetos con EHS/atributos reportaron consistentemente una latencia de sueño prolongada, una calidad de sueño reducida, mayor somnolencia y mayor actividad mental nocturna en comparación con los sujetos sin EHS. El uso habitual del teléfono móvil no se asoció con las puntuaciones de latencia de sueño autoevaluadas ni con las puntuaciones de calidad de sueño. Si bien el alelo T de la variante rs2302729 de CACNA1C se asoció tanto con la sensibilidad autoevaluada a los campos electromagnéticos (EMF) como con una calidad de sueño subjetiva reducida, no se encontró evidencia que sustente la hipótesis de que el EHS medie la calidad de sueño deteriorada a través de esta variante alélica.